S.O.S. Pingüinos
Los pingüinos magallánicos están casi al
borde de la extinción, merced a la acción de navíos petroleros, que contaminan
el mar con residuos bituminosos.
Millones de pingüinos han enfermado
gravemente. Más de 50.000 mueren por año
como consecuencia de envenenamiento y la inactividad que les produce dicho
aceite, al impedirles nadar y buscar alimentación.
Los pingüinos son símbolo de vida en las islas
del sur, en el continente helado de la Antártida y en otras regiones de América del Sur,
África y Oceanía.
De pie, el pingüino erguido camina
bamboleante, vestido de riguroso frac; de grueso plumaje y con abundante capa
de grasa; su cuerpo está hecho para la vida acuática. Hábil nadador, el pingüino de la Patagonia, huye del
frío. En otoño va en busca de mejores
temperaturas, arribando cual inquieto turista hasta casi las playas de Río de
Janeiro.
A su retorno, luego de navegar miles y
miles de kilómetros, amoroso y fiel a su pareja la busca en el mismo lugar en
que la dejó e inicia un nuevo ciclo de apareamiento.
En el nido, el macho y su compañera se
turnan 15 días cada uno rigurosamente.
Mientras incuba no ingiere alimento alguno. su ayuno continúa hasta cuando han nacido los
polluelos, que son alimentados opíparamente hasta que ya mozalbetes están
preparados para nadar y conseguir su propio alimento.
El pingüino es un gran marinero. Permanece en el agua la mayor parte del
tiempo. No es un depredador. Come solamente lo que necesita.
Es suficiente un solo barril de aceite en
la superficie del mar para que éste contamine varios kilómetros y provoque la
desaparición de muchos especímenes.
En el caso del pingüino, diseñado
especialmente para bucear en aguas profundas, cuando sale a respirar y el agua
se halla "empetrolada", el aceite se pega a sus plumas, el abrigo
térmico deja de funcionar, y comienza una larga agonía. Ya no puede penetrar al mar en busca de
sustento al sentir el frío de agua marina.
Se deja morir de hambre o lo que es peor intoxicado por ingerir el
hidrocarburo cuando limpia su plumaje.
Grupos de investigación se encuentran
trabajando para frenar esta matanza inmisericorde. Se ha propuesto un mayor control de los
buques petroleros, pero dada la extensión de las costas los esfuerzos de las
autoridades fallan y los actos vandálicos continúan, pese a la acción de unos
pocos ilusos que buscan que los recursos biológicos del planeta sigan con vida.
Esta catástrofe que se produce con los
pingüinos, igualmente ocurre con otras especies merced a la contaminación.
El ser humano, el espécimen más
inteligente de la creación, está diezmando la fauna y la flora del hábitat
terrestre. Construye carreteras en la
selva y organiza pueblos y ciudades; busca petróleo y minerales y no le importa
ni la vida de sus propios congéneres.
Día a día invade territorios de pueblos milenarios, los cuales se
encuentran en vías de extinción. Esos
actos perversos son como un bumerang que se volverá contra el mismo ser humano,
si así puede llamarse.