ALBERTO SPENCER, DIPLOMATICO
Por Leonardo Barriga López
Con tu perdón Alberto escribo esta crónica, que te parecerá un tanto extraña, lejana en el tiempo y la distancia, espero la leas mientras navegas por la laguna Estigia y pagas tu óbolo al amigo Caronte.
Un minuto de espera y el primer mandatario del Uruguay se hallaba en la línea telefónica contestando al Vicecónsul del Ecuador, en aquellos años”.
“Si, si Julio María… ¿Cómo estás, cómo está la familia?,.. qué bueno querido amigo…Quiero pedirte un señalado favor…Hace más de un mes no ha presentado cartas credenciales el Embajador acreditado por el Gobierno ecuatoriano;…querría que lo recibas lo más pronto posible…Si claro, muchas gracias,… te agradezco mucho… si, si…mañana, un abrazo”.
La conversación de Alberto Spencer y Julio María Sanguinetti, Presidente del Uruguay, había durado más o menos unos 10 minutos. Del dialogo de nustro compatriota no reproduzco sino lo sustancial, lo que es valedero para esta crónica y remembranza, como testigo de aquella escena.
Todo listo Embajador, dijo Alberto… Mañana a las 9am. le recibe el Presidente para la presentación de las cartas credenciales…Hizo un breve silencio y a continuación mencionó…”me dijo que necesariamente debo acompañarlo yo y no otro funcionario…”
En efecto, aquel Embajador rezagado en la presentación de sus cartas credenciales al Presidente de
¿Pero cuáles eran los antecedentes de dicha actividad y diálogo? Estaba yo acreditado como Consejero de
Entablamos buena amistad, conocí a su querida esposa y a sus hijos, niños en aquella época. En mi permanencia conversamos de muchos temas y llegué a conocer a fondo a aquel importante personaje del deporte ecuatoriano, querido por Uruguay y en especial por Montevideo, cuya gente le demostraba su cariño y admiración al extremo de que no se podía caminar por las calles de esa ciudad sin que en el recorrido de una cuadra, Alberto no recibiera el saludo de admiradores suyos que hacían cola para saludarlo. Igual en los restaurantes y otros sitios públicos. De allí que salir con Alberto era una verdadera odisea.
Cuando arribé a Montevideo el Embajador mencionado, cuyo nombre me reservo por razones obvias, me había referido que no había presentado sus cartas credenciales, pese a su “altísimas amistades y contactos” y que ya estaba más de un mes en dicho trámite. Le contesté que debía recurrir a Alberto Spencer, que él podría conseguirle atención inmediata del Presidente. Nuestro amigo expresó frases que no vienen al cuento, entre indignado y burlón, pero ante mi insistencia, con la frase de “nada pierdes” accedió con el resultado ya mencionado.
En efecto el papel del diplomático Alberto Spencer, en el Uruguay, fue de lo más importante puesto que pese a la envidia encubierta y a las frases de ciertos funcionarios de Cancillería en el sentido de que “solo es un futbolista”, sus actividades siempre estuvieron al servicio de los altos intereses del país que los cumplió con dedicación, patriotismo y eficiencia. Era sin lugar a dudas un funcionario que tenía muchos contactos con altas autoridades e igualmente con empresarios y particulares, de allí que difícilmente algo se le negaba. Los funcionarios de la misión diplomática recurrían a él para sus contactos. Además de que su comportamiento, siempre amigable y tranquilo, un verdadero caballero, no le permitía ningún trato descortés para con nadie. No fue un “pipón” ni un becario o un burócrata como tantos otros que “sufren” por su ostracismo, que no hacen nada pero que si cobran mensualmente su salario. La verdad es que no fue muy querido en el servicio exterior, pruebas al canto, un sinnúmero de veces fue cancelado y nuevamente designado por la intervención de influyentes amigos ante el Presidente y el Canciller de turno, unas veces con rango administrativo, otras de diplomático. En fin, su vida no fue de color rosa en la carrera diplomática.
Un artículo de Eduardo Polit Molestina, publicado el 8 de noviembre de 2006, en el diario HOY expresa, acertadamente, de tan singular personaje:
“Entre los personajes más queridos de nuestra sociedad, siempre quedará en la memoria la imagen de Alberto Spencer Herrera, que desde sus 14 hasta sus 68 años de edad, dio muestras inalterables de su profundo amor a su patria terrenal, antes de despedirse hacia la patria celestial. Fue un arquetipo de dignidad e integridad, cuyo temple y fortaleza no permitieron mancilla alguna. Su lealtad fue su verticalidad en todo y para todos; hasta sufrió en el silencio de su alma noble y rica en perdón, las muchas veces que fue ignorado por quienes “driblan” la esencia de sentimientos justos.
Ver a Spencer en acción era contagiarse de su fulgor atlético transformado en sonrisa a flor de piel, para celebrar con humildad y alegría -sin estridencias- cada genialidad que afloraba en la cancha. Por eso le quisimos aquí, en Uruguay y en todos los escenarios de América y de Europa, donde se presentaba igual que un Pelé o un Di Stefano; esos jugadores graduados siempre de caballeros, atributo con el que más se le reconoce al “deportista internacional número uno” del Ecuador de todos los tiempos.
De ahí que las frases del mejor arquero de esa época, el argentino Amadeo Carrizo, de River Plate (eterno rival de Peñarol), nos llenen de satisfacción cuando dice ante la partida de nuestro ídolo: “Era un jugador vistoso, de jerarquía, que sabía tratar a la pelota y, cuando llegaba al gol, era porque lo buscaba, no porque estaba a la pesca de algún rebote o algo así. Fuera de la cancha lo recuerdo como un señor, un caballero”. ¡Qué gozo indescriptible cuando “Cabeza Mágica” inflaba las redes de Carrizo!
Sus 510 goles oficiales, 54 de ellos como el máximo goleador de la Copa Libertadores de América, nunca le endiosaron ni por eso dejó de ver siempre sus pies bien plantados en la tierra. Tampoco se envaneció con su técnica depurada o su potencia física, como siempre le reconoció la mejor crítica deportiva de la Argentina y de Uruguay. Alberto Spencer se sabía humano y practicaba el mandamiento nuevo de Jesús que leímos este domingo de boca de Mateo, de amarse y amar como Yo os amé.
Por eso es que no estuvo para aceptar nada que le pudiera distraer de su destino de hombre de bien. Pudo ser mundialista uruguayo o ir tras los contratos del Inter de Milán o las oscuras tentaciones de los desesperados por el poder para candidatizarle a lo que sea. Nada de eso turbó su cordura sino la respetabilidad de su jerarquía, con sus grados y sus valores que le vistieron de dignidad. Por eso su decoro, sus maneras y la correcta compostura en todos los actos y escenarios de su vida. Su mayor empeño era con lo que el Padre le había dado al traerle a este mundo: sus dones y talentos que los decuplicó sin dejarse manosear su alma de niño; la única con la que es posible presentarse al convite eterno, a donde habrá llegado con su ligero equipaje”
Wikipedia, la Eciclopedia Libre, Internet, (http://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Spencer) mantiene una amplia columna, de la cual anotamos algunos párrafos sobre la vida deportiva de este ecuatoriano ilustre, que vivió la mayor parte de su vida en el Uruguay, que nunca se nacionalizó como súbdito de ese país que lo acogió con cariño, como si fuese un hijo suyo, que fuera amigo de todos, desde los más notables políticos hasta los más humildes ciudadanos; así Julio María Sanguinetti, ex Presidente, entre otros, fue el encargado del homenaje póstumo ante su tumba. (Lo subrayado corresponde a la Enciclopedia. Hemos suprimido el pie de página):
Alberto Spencer Herrera (* Ancón, Guayas, Ecuador, 6 de diciembre de 1937 - † Cleveland, Estados Unidos, 3 de noviembre de 20061 ) fue un futbolista ecuatoriano que jugaba de delantero. Es considerado el mejor jugador ecuatoriano de la historia y según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol uno de los 20 mejores futbolistas sudamericanos del siglo XX. En 1959 integró la Selección de fútbol de Ecuador. El Estadio Modelo de la ciudad de Guayaquil cambio su nombre a Estadio Modelo Alberto Spencer Herrera en su honor.
Biografía
Nacido en Ancón, un poblado de la Península de Santa Elena. Spencer era el hijo de un jamaiquino de origen británico. Fue un delantero ambidiestro de gran habilidad, fuerte disparo y excelente definición, en especial de cabeza, que destrozó las defensas rivales por más de una década. Desde su retiro del fútbol profesional, en 1973, se estableció en Montevideo, Uruguay, y en 1982 fue designado cónsul en aquel país. Sufrió un infarto el 14 de septiembre de 2006 durante un examen de rutina con su cardiólogo, y falleció el 3 de noviembre del mismo año tras ser internado en una clínica en Cleveland, Ohio, Estados Unidos.
Su Adiós
En la ciudad de Cleveland, Estados Unidos, a los 68 años de edad falleció debido a un problema cardíaco que lo aquejaba desde los años 80. Sus restos fueron velados en Guayaquil, durante cuatro horas el cuerpo de Alberto pasó por su país, Ecuador. De ahí a Uruguay, donde recibió el homenaje de todos los fanáticos del fútbol, en especial de los hinchas de Peñarol , equipo que lo disfrutó durante una década.
Su calidad humana fue tan o más grande que su calidad futbolística. Tanto en sus funciones diplomáticas como en su vida cotidiana, la vida de Alberto Spencer estuvo llena de humildad, sencillez y de un profundo sentido humano. Ése es el mejor legado de un hombre que llenó de gloria a dos países y que se convirtió en una leyenda. Su cuerpo descansa en Montevideo, como fue su última voluntad.
Condecoraciones
1967: Condecorado por el Gobierno Nacional de Ecuador, Presidente Sr. Otto Arosemena Gómez, con la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Oficial.
1967: Medalla de Oro otorgada por el M.I. Municipio de Guayaquil, Alcalde Roberto Serrano Rolando.
1969: Por decisión del Gobierno Nacional de Ecuador, Presidente Dr.José Velasco Ibarra es nombrado Cónsul Honorario del Ecuador en Montevideo-Uruguay.
1970: Placa Homenaje de los niños del Baby Fútbol Ecuatoriano a su deportista ejemplar.
1973: Asociación de periodistas deportivos de Pichincha, otorga Diploma y Medalla por haber sido elegido el mejor DT del Ecuador, dirigiendo a la Universidad Católica de Quito.
1975: Federación Nacional de Deportes de Ecuador, Presidente Dr.Sabino Hernández Martínez, certifica que el Sr. Alberto Spencer forma parte de la Galería de la Fama.
1980: Placa Homenaje de la hinchada de Peñarol-Uruguay.
1980: Placa recordatorio de la Delegación Ecuatoriana de Ciclismo, que participaron en la famosa Vuelta ciclita del Uruguay.
1987: Placa Homenaje de la Universidad de Guayaquil. F.A.C.S.D.
1989 : Diploma y Medalla de Oro entregados por el I.M. Concejo de Santa Elena, Ecuador.
1990 : Placa del Programa “La Voz de Peñarol de Uruguay”, a su histórico y heroico Campeón de América.
1991: Condecoración “Emperatriz” al merito deportivo otorgada por la I.M. Cantón Santa Elena, Presidente Dr. Fausto Fajardo Espinoza.
1991: Condecoración al Mérito Deportivo otorgada por la I.M. del Concejo Cantonal de Guayaquil, Alcalde Harry Soria.
1991: Diploma de Honor otorgado por el Concejo Cantonal de Guayaquil.
1991: Comité Olímpico Ecuatoriano, otorga Acuerdo en ocasión de la 1ª. Olímpica, Presidente Dr. Sabino Hernández.
1992: CONMEBOL (Asunción-Paraguay), otorga la distinción al futbolista sudamericano, Presidente Sr. Nicolás Leoz.
1992: Programa de T.V., “Yo digo……Ud. dice”, de Guayaquil, otorga Placa de Honor, por haber sido elegido en una encuesta pública como el Mejor Deportista de Todos los Tiempos, Director Sr. Carlos de Luca Piechestein.
1993: Placa homenaje del Club Atlético Peñarol, Uruguay.
1993: Gillete Uruguay otorga Placa en reconocimiento a su trayectoria deportiva.
1995: Condecoración "Francisco Pizarro" al Mérito Deportivo, Presidente del I.M. Concejo de Santa Elena Ing. Jimmy Candell Soto.
1996: Placa Homenaje Club Barcelona de Guayaquil, “Héroes de La Plata” (Barcelona 1 – Estudiantes de la Plata 0 en Copa Libertadores de América 1971).
1997: Placa Homenaje del Consejo Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Presidente Sr. Eugenio Figueredo.
1999: Homenaje de la CONMEBOL en los 40 años de la Copa Libertadores de América. (11-Dic.), como Máximo Goleador del mencionado torneo. (54 goles).
1999: Nominado a Deportista del Siglo por el Consejo Nacional de Deportes; Comité Olímpico Ecuatoriano; F.D.N. del Ecuador; Revista Estadio; Asociación Ecuatoriana de Radio (AER), y Círculo de Periodistas.
1999: Revista Estadio, otorga el histórico Condor de Oro (21-Dic.) , la Asamblea del Comité Olímpico Ecuatoriano, en sesión celebrada el 29 de noviembre, lo designa como uno de los mejores deportistas del siglo del Ecuador.
1999: Nominado “Personaje del Siglo en Deportes”, T.C. Televisión Canal 10 de Guayaquil.
1999: Premio “Mejor Deportista del Siglo”, nominado por el Círculo de Periodistas del Ecuador, (Nucleo Pichincha).
2000: Condecoración del Congreso Nacional de Ecuador, Diploma y Medalla de Oro al Merito Deportivo, otorgada por el Presidente Sr. Juan José Pons Arizaga.
2000: El Club Sport Emelec en sus 71 años le otorga una placa como homenaje, por ser el "más grande futbolista ecuatoriano" y por su "ejemplar vida pública y privada".42000: Diploma con “Merito de Honor” del Gobernador de la Provincia de EL ORO, Sr. Ing. Félix Romero Jiménez.
2003: Consejo Cantonal de Guayaquil, otorga presea al “Merito Deportivo” y Medalla de Oro con el Escudo de Armas, de la ciudad, Acalde Jaime Nebot Saadi.
2003: Placa de reconocimiento a Trayectoria Deportiva, otorgada por el Gobierno de Pichincha, Prefecto provincial Sr. Ramiro González.
2003: Homenaje de club Liga Deportiva Universitaria de Quito en el estadio Casa Blanca, con entrega de Placa al Mejor Futbolista Ecuatoriano.
2005: Comité Olímpico Internacional le otorga el Premio “Fair Play" por juego limpio. br> 2005: El Consejo Directivo de Peñarol, otorga placa por ser un permanente embajador de la institución.
2006: Se denomina al Campo de Juego del Estadio de Barcelona SC con su nombre.
2006: El Estadio Modelo pasa a ser denominado por iniciativa de Fedeguayas como Estadio Alberto Spencer Herrera. (También en su provincia natal, Santa Elena, un estadio lleva su nombre como homenaje).2007: CONMEBOL lo incluye en su 11 ideal histórico, durante la presentación de su libro "Historia de la Copa América".
2008: Se le otorga la distinción Campeón de América del Siglo.
Curiosidades.
Técnicamente, fue el primer ecuatoriano en anotar en el legendario Estadio de Wembley (Jugó con la Selección de fútbol de Uruguay un partido amistoso contra Inglaterra, pero nunca se naturalizó uruguayo).
Fue omitido en la lista FIFA 100 elaborada por la FIFA y Pelé, hecho que causó indignación entre muchos periodistas deportivos sudamericanos y aficionados al fútbol.
A pesar de ser ampliamente considerado como uno de los mejores jugadores sudamericanos de todos los tiempos, es casi desconocido en Europa. Se presume que esto se debe a que nunca participó en una Copa Mundial de Fútbol y a que no jugó en Europa (ya que en esos tiempos los futbolistas sudamericanos no migraban tanto a Europa).
De joven entrenó junto con los equipos juveniles de Barcelona y Everest, este último lo contrató a sus 15 años.
Disputó partidos amistosos internacionales con otros equipos de Ecuador, como Emelec”.
Alberto Spencer fue ante todo un grande en el deporte de las multitudes, honesto y sencillo. La gloria no lo envaneció nunca. Su actividad como diplomático ecuatoriano fue siempre un ejemplo para los funcionarios de Relaciones Exteriores, en el cumplimiento del deber, puesto que no había encargo que no lo cumpliese por más difícil que este fuera. El homenaje que Ecuador y el Uruguay le hicieran a su fallecimiento, fueron merecidos hacia un grande del deporte continental.
No fui su amigo íntimo, pero si alguien que lo admiraba y lo recuerda. El país perdió un gran deportista y un excelente diplomático, un Embajador de Estado ecuatoriano y de su pueblo, que supo defender sus intereses. Nunca llegó a esa designación aunque bien la merecía, en contraste con algunos hominicacos que gozan del favor del mandatario de turno o de los legisladores que tienen y mantienen su cuota política.
En fin, querido Alberto saludos, hasta hoy, desde la otra orilla.